Hoy hace 7 años, el maldito cáncer se llevaba de los
escenarios a la mejor de las voces que jamás haya dado ni dará la historia de
la humanidad.
La lírica quedó huérfana del mayor de los tenores, Luciano, el de
la voz infinita, el del pañuelo en la mano. Casi 50 años irradiando energía
desde las tablas con su majestuosa voz, que aun hoy resuena entre las ruinas de
Caracalla. Pero el legado que nos dejó Pavarotti es eterno, disfrutad de él.