domingo, 16 de agosto de 2015

Amor de ensueño

Pasodoble 

(Para los carnavaleros como yo, esta letra entra como un guante en la música del pasodoble de la chirigota de Juan Carlos Aragón las Ruinas Romanas).

En el reino de mis sueños,
la única religión 
que existe es la de tus besos.

La única religión,
agarrado a tu cintura,
de tu mirada soy preso.

Vamos a vivir los dos en libertad,
la que me dan tus caricias,
porque no resisto más la tentación,
eres la que me desquicia.

No sé niña que me has dado,
no sé que es lo que me has hecho,
sólo quiero que a tu lado
el otoño sea eterno.
Para poder ver los dos en tu cama
como se va deshaciendo el verano,
como cae cada flor de su rama,
mi corazón hoy por ti proclama
siempre en voz alta y sin titubeos.

Eres mi luz, mi alegría 
mi noche y mi día,
quien me enloque... quien me enloquece.
Eres la que me da vida,
la que me cautiva,
la luna cuando anochece.
Yo no soy más que un tarado
que por ti ha parado
el univer... el universo.
Y te digo en estos versos
lo mucho que yo te quiero.

Que por ti sería capaz
de volver del más allá
solo para que me des una vez más 
un beso.




lunes, 15 de junio de 2015

Vuelve el hijo pródigo

Con la llegada de José María González ‘Kichi’ a la alcaldía gaditana en sustitución de Teófila Martínez parece que las cosas pueden cambiar para el gaditano de a pie, cambiar a mejor por supuesto. La ilusión de la gente rebosa por las plazas de la ‘Tacita’, y eso se nota en su semblante.

Pero este, cuanto menos, ilusionante cambio transciende más allá del ámbito político; y es que el mundo del carnaval se está viendo agitado por excelentes noticias. Tras la marcha de la ‘Teo’ (Teo, Teo, Teo, pa ti cuando me peo) nuevos aires parecen llegar al ‘Templo de los ladrillos coloraos’. 



Al ya anunciado regreso de los hermanos Carapapas al COAC 2016, se le suma la de un ilustre del carnaval que lleva la friolera de 13 años apartado de este mundillo (demasiado para su docta afición), este no es otro que el gran Antonio Martínez Ares.

Cuando yo ya había abandonado cualquier atisbo de esperanza de verle de nuevo presentando una agrupación que se subiera a las tablas del Falla, ‘el Niño’ vuelve a la que es su casa.

Tú, ‘Pirata’ de la ‘Revolución’ del 3x4 que regresas ‘Do-re-mi-fasoleando’ ahora que se van los ‘Miserables’ del panorama, no vuelvas a darnos ‘Calabazas’ por febrero, que ‘¡Esto es carnaval! y la comparsa, que es la ‘Niña de mis ojos’ necesita que tu arte regrese por la ‘Calle del Mar’ hasta la ‘Trinchera’ de las coplas.

Ahora que regresas aprendiz de ‘El Brujo’, ahora que la gente lucha ‘Con uñas y dientes’ para salir adelante sin más anhelo que esbozar una ‘Sonri-silla’ por carnavales; has logrado que se me ponga la ‘Carnecita de gallina’ al enterarme que volvías, y has conseguido que la espera hasta el próximo concurso sea poco menos que ‘Milagrosa’.

Espero impaciente que llegue febrero y nos regales las coplas que arropas ‘Entre tus brazos’, esas que harán reflotar a ‘El Vapor’ en nuestra imaginación, esas que a golpe de ‘Requiebro’ enamoran al mismísimo don Carnal.

El próximo concurso de agrupaciones puede ser ‘De locura’ ya que está de vuelta el ‘Templario’ perdido, que a muy seguro nos deleitará con una ‘Ventolera’ de pasiones.

Aquí un ‘Zombi’ del carnaval que está que no vive, deseoso de que llegue la hora en la que suba el telón púrpura y Bablé pronuncie las palabras mágicas. “Con todos ustedes, la comparsa de Antonio Martínez Ares.


Pdta: Si ya regresa el Yuyu sería la rehostia.


jueves, 21 de mayo de 2015

Hasta pronto genio

Hoy el fútbol mundial vive un antes y un después, el inimitable Xavi deja el fútbol profesional.

Nunca fue el más goleador, el más rápido, ni el más físico, pero para mi ha sido el futbolista más importante de la historia de este deporte.

Siempre fiel a su club y a su selección, cambió el modus operandi de este bendito deporte, dotándole de un estilo renovado del que él y sólo él, es maestro. Su visión, su manejo del balón y su toque le hacen ser el más grande de todos los tiempos (para mí).

Gran parte de las alegrías que nos ha dado nuestra selección se la debemos a él y a su liderazgo sobre el césped, donde siempre supo llevar la manija de su equipo a la perfección.

Lástima que la edad no pase en balde para nadie, porque hoy se retira el reinventor del fútbol. Sólo me queda darle las GRACIAS con mayúsculas, por haber significado tanto para mí. Si el fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes, Xavi es su rey.

Espero verte pronto por los banquillos, porque nunca nadie supo entender como tú este vicio del balón.


domingo, 10 de mayo de 2015

La calculadora de las hipótesis

A ver, viendo lo que estaba haciendo el Málaga, di por hecho que por temas económicos el club no quería entrar en Europa, lo cual como aficionado me indignó tremendamente; pero resulta que hoy ha ganado en Almería, y es ahora cuando hago los cálculos.



Faltan por disputarse las jornadas 37 y 38 y la situación hipotética es la siguiente:

En la próxima jornada, el Málaga juega en Villarreal, equipo que ya está clasificado para la Europa League, por lo que igual sale con los suplentes y sin esforzarse demasiado, cosa que el Málaga debería aprovechar.


Los rivales del Málaga por la 7ª plaza son, el Espanyol que juega en casa contra el R. Madrid que aún debe apurar sus posibilidades de ganar la Liga; y el Athletic que recibe en casa al Almería que se está jugando la vida por no descender.

Además de esto, hay que estar pendiente del Valencia que juega en su campo contra el Celta; el Valencia se juega la plaza Champions y el Celta apurar sus opciones a Europa League.

En la última jornada (38ª) el Málaga recibe a nuestro mayor rival regional, el Sevilla, que si el Valencia gana su partido contra el Celta, vendría a Málaga de paseo, con el único aliciente de chafarnos la fiesta.

En esta última jornada el Athletic recibe en casa a un Villarreal relajado; y el Espanyol juega en Vigo contra el Celta que no sabemos si tendrá opciones de entrar en Europa.

¿Qué pasará al final? No lo sé, pero si el Málaga quiere puede.

Que bonito es el fútbol.

jueves, 9 de abril de 2015

Del cielo al infierno en un suspiro

Hoy se cumplen dos años de aquella fatídica noche en Dortmund, dos años de esa noche en la que un mafioso gabacho no permitió que miles de malaguistas continuaran soñando con acento europeo, dos años de esa noche en la que Craig Thomson y sus amigos miraron hacia otro lado, haciendo trizas las ilusiones de toda una ciudad.

Cuando un servidor ya no tenía la más mínima esperanza de poder asistir a dicho partido, se obró el milagro; me tocaron dos entradas para poder ver in situ ese encuentro que a la postre se tornaría en pesadilla. Tras no ser agraciado en el primer sorteo de entradas, las sobrantes pasaron al siguiente cupo de socios apuntados en el sorteo; de nuevo sobraron, y ahora sí, en tercera instancia me tocó; no me lo podía ni creer. Cuando me llegó el email del club diciendo que podía recoger las entradas, me temblaba el cuerpo entero, recuerdo que fue después de almorzar y el nerviosismo consiguió que traicionase uno de mis sacramentos más practicados, la bendita siesta.



De bulla y corriendo y en tan sólo una tarde, organizamos el viaje hacia Westfalia. Ya que vamos, hacemos un poco de turismo y conocemos el país teutón. Jamás se irá de mis retinas la grandiosidad de la catedral de Colonia, o el colorido de la catedral de Aquisgrán, donde el ínclito Carlomagno fuese coronado como Emperador de Occidente.



Y para allá que nos fuimos mi tío y yo con las maletas cargadas de ilusión. Nada más llegar al aeropuerto de Málaga, nos esperaba un periodista de ‘Telecirco’, que al vernos ataviados con nuestros santos colores (blanco y azul) nos preguntó sobre lo que esperábamos que iba a pasar en el encuentro. Mi tío fue el primero en responder, y lo hizo con un conservador: ¡A ver si podemos rascar un empate a goles! Luego me tocó a mí, y el orgullo boquerón se apoderó de mi lengua y respondí: ¡De empate nada, hoy a ganar. Nos los comemos! Pobre de mí, y de los malaguistas, el destino nos tenía reservado un caramelo muy amargo.

Y llegamos a Dortmund. Al aterrizar cogimos un taxi junto con otros valientes malaguistas. Dentro, ni el taxista hablaba inglés, ni nosotros hablábamos ni papa de alemán. Después de un instante de indecisión, yo que algo del idioma y del recorrido me había mirado, me armé de valor y le dije al taxista: To the Hauptbahnhof, please (a la estación principal, por favor).

Llegamos a la estación, guardamos el equipaje en una taquilla y nos fuimos al centro a (a 4 minutos a pie). Al llegar a la plaza, punto de reunión de la expedición blanquiazul, la euforia se palpaba en el ambiente. Aquello parecía un trocito calle Larios, no paraba de saludar a amigos que al igual que yo, se atrevieron a pegarse el viaje.

Llegó la hora de ir al estadio. Al bajarnos del metro que nos dejaba en sus cercanías, giré la cabeza y lo vi. Monumental como pocos, el Signal Iduna Park, o Westfalenstadion como me gusta más llamarlo, rompía el horizonte con su colosal silueta. Estuvimos paseando por los aledaños al estadio, y sorprendiéndonos por lo bien montado que está aquello, con zonas acondicionadas para comer y beber algo, y multitud de puestos ambulantes que vendían además de comida, merchandising del Borussia. Entré en la tienda oficial del club, y decidí que como sólo se vive una vez, me compraría la camiseta del equipo alemán, y así lo hice.



Por fin tocaba entrar en el estadio. Justo a la entrada, un guarda jurado me cacheó la mochila y me dijo con tono de broma: Terrorist? A lo que respondí: No, no terrorist. I love peace. Al llegar al final de la bocana de acceso y ver las gradas de ese templo del fútbol, el síndrome de Stendhal de adueñó de mí. ¡Que maravilla! De estas cosas que no pueden describirse con palabras, ni si quiera con imágenes. Hay que ir a verlo.



Antes de comenzar, me hice fotos allí junto con algunos amigos que nos encontramos dentro. Y fue entonces cuando nuestros campeones (porque son y serán nuestros campeones a pesar de como acabó todo) salieron al césped a calentar, y fueron recibidos por una ovación por nuestra parte, como no podía ser de otra manera.

Salen los dos equipos al terreno de juego, y suena por megafonía ese himno que eriza la piel a todo futbolero (el himno de la Champions League); y en frente mía, la grada local despliega un enorme tifo como jamás había visto en mi vida, y de nuevo el síndrome de Stendhal resurge. Ese escalofrío nervioso no lo he vuelto a sentir jamás.



Y comienza el partido tras el pitido inicial del pérfido trencilla escocés Craig Thomson (no me cansaré de maldecir su nombre). Desde el inicio se vio a un Málaga bien plantado e ilusionado por seguir haciendo historia. De repente, la coge Joaquín al borde del área (me pillaba de lejos en la portería contraria) hace un recorte con la derecha digno de ponerle un chalet en la playa, y la pone con la zurda en la cepa del poste; imposible para Weidenfeller (meta del equipo local). Un auténtico apoteosis recorre la grada malaguista. Jamás viví nada igual. Por mi cabeza se pasaba la idea de: Uy, que podemos, pero de verdad que podemos.



Continúa el partido, el Borussia se lanza al ataque; los alemanes avanzan, y de repente uno de ellos (quiero recordar que era Reus) se inventa un taconazo sublime que recibe el tanque polaco Lewandowski, quien se zafa de nuestro santo arquero, Willy Caballero, y empata el encuentro poniendo el 1-1 en el marcador.

Llega el descanso, y nos seguimos viendo con posibilidades de hacer la machada. De repente, me llama mi tío y me dice: Ven p’acá. Cuando llego, me pide que le haga de traductor con un niño alemán y su padre con quien quería comentar el partido (ya ves tú, me lo pide a mí que de idiomas ando más corto que Platini de decencia). A duras penas mantuvimos una breve conversación, y nos despedimos para continuar viendo el segundo tiempo.

Prosigue el encuentro. Un Málaga nada dubitativo, sorprendente por su falta de experiencia en estas lides, continúa firme y seguro en el terreno de juego. Con forme avanzaba el tiempo de juego, mi corazón palpitaba cada vez más deprisa, y de repente, una obra de arte sucede en el campo, una jugada de tiralíneas que Eliseu acaba empujando al fondo de las mallas. 1-2 a falta de apenas 5 minutos, esto ya es nuestro. Joe, ni me lo creo. Que vamos a jugar una semifinal de Champions, nos comemos al que sea, y si es al Madrid mejor que mejor. En ese momento, el niño alemán con el que hablamos en el descanso, se marchó cabizbajo junto a su padre camino supongo de su casa. Pagaría por haberle visto la cara cuando se enteró del final del partido.



La grada visitante era una fiesta. Me abracé a unos amigos que hice allí durante el partido a los que no conocía de nada hasta ese momento. La ilusión brotaba por los poros de la piel a más no poder, mientras que la cabeza me decía: ¡Coño, te lo mereces! Tantos años de fidelidad deben tener un premio así al menos una vez en la vida.

Llegamos al descuento del partido cuando en una jugada embarullada, el Borussia hace el empate a 2-2. El murmullo ronda nuestra zona. ¡Hay  que aguantar carajo! ¡Málaga, Málaga, Málaga!

El equipo debía tirar de madurez, y actuar como aquí se dice, como perro viejo. Pero no fue así, y cuando el partido ya expiraba, los jueces de línea hacen la vista gorda, obvian a 4, no uno ni dos, a 4 alemanes en fuera de juego, y en una jugada aún más embarullada que en la del segundo gol, el defensa Felipe Santana (a quien tampoco olvidaré jamás) hace el tercero.



Cuando estaba hecho, cuando lo tocábamos con las yemas de los dedos, las ilusiones de toda a una afición y de toda una ciudad, se rompieron de la manera más cruel que se me ocurre. En el momento, pasaron por mi cabeza decenas de momentos que viví en La Rosaleda desde que era un “chavea” y mi tío me llevaba a ver los partidos de aquel Malagueño de los Basti, Bravo y compañía en tercera división, hasta aquel último partido de temporada anterior contra el Sporting que nos clasificaba para la previa de Champions.



Y sin más, brotó de mis ojos la primera y única lágrima que he derramado por el fútbol. Pero si lo pienso bien, no es sólo fútbol, no es sólo un deporte; es toda una vida ligada a unos colores, a un estadio; es una tradición, es un cúmulo de recuerdos buenos y malos, pero que son los míos. Cuando comencé a ir a La Rosaleda con apenas 3 años, jamás se me pasó por la cabeza ni tan si quiera jugar contra el Barça ni el Madrid en primera, mucho menos oír el himno de la Champions en directo. 

Es el mas antiguo que he encontrado, pero ahí ya llevaba un par de años o tres yendo a La Rosaleda religiosamente

Lo tuvimos a nuestro alcance, pero no podían permitir que un club novato llegase tan lejos. Ole por nuestros héroes que pasearon nuestra camiseta por toda Europa, y por esas huestes blanquiazules que tan dignamente animaron a su equipo, esa y tantas noches de gloria, de esa efímera gloria que tan bien me supo.

Nuestros héroes

A día de hoy, pasados ya dos años, aún no he sido capaz de ver el resumen del partido. Ojalá la historia nos devuelva lo que un día nos arrebataron.

En primera, en Champions, o en tercera, ¡Viva el Málaga!

sábado, 21 de marzo de 2015

Llegó la hora





Mañana es 22 de marzo; se celebran unas nuevas elecciones autonómicas en Andalucía, una de las pocas oportunidades que tiene el ciudadano de a pie para saborear (o más bien para lamer) eso que llaman democracia, ese sistema político moribundo que hoy día apenas muestra atisbos de vida.


Pongamos de una vez por todas, el cañón del revolver sobre la sien del bipartidismo, y apretemos el gatillo sin que nos tiemble el pulso.

Ya está bien de tanto tragar y de comulgar con ruedas de molino ante tanta mentira descarada, ante tanta patraña, ante tanta corrupción.

¿Cómo se atreven a darnos lecciones de andalucismo y mucho menos de honradez?

Esta nuestra Andalucía, bendita tierra pero enferma y podrida de corrupción, cortijo de fantasmas en traje de pana; está necesitada de una cura, de un tratamiento radical que limpie de gangrena sus instituciones.

¿Quién personificará esa cura? Quizás yo no conozca la respuesta a esta pregunta, pero si les aseguro, que esa cura no viene de la mano de ‘Susanita’, no la del ratón, sino la que encabeza la lista de ese partido traidor y de principios cuanto menos enterrados en el ostracismo, que continúa tras más de treinta años al mando de los andaluces. Esa señora que continúa “ERE que ERE” diciendo que los mejores años de Andalucía están por llegar. ¿Treinta años de prueba? Joder, que calentamiento tan largo, ¿no?

Otro que tampoco personifica el cambio que se necesita, es el señor Moreno, ese  del “peinaito” y de la risa altanera y chulesca que tan bien caracteriza a la gente de su calaña. Miembro de ese partido putrefacto que hiede a corrupción que tira para atrás, y que a pesar de ello nos intenta dar lecciones de buen hacer, de honradez, de ética y de moral. Esa gaviota infame que ha sumido al pueblo en la más profunda desesperación y que ha conseguido que los derechos individuales (sociales, laborales, etc…) más puros, involucionen a tiempos pasados que casi ni me atrevo a mencionar. Aquellos que mediante los recortes en los servicios públicos básicos promueven la desigualdad social para mantener su status quo, no pueden suponer jamás la panacea para la situación que vivimos.

En el día de mañana, es probable que vivamos una situación hasta ahora inédita. Según las diversas encuestas pre-electorales y ante la más que probable irrupción de nuevos grupos políticos en la cámara andaluza, el partido con mayor número de votos, que previsiblemente será el PSOE (Partido de ‘Socialistos’ no Obrero Alemán) no obtendrá una mayoría suficiente de votos como para formar un gobierno de manera unilateral, por lo que se verá obligado a pactar con otras formaciones políticas para poder constituir el gobierno autonómico.

La pregunta que hay que hacerse ahora es, ¿qué partido político le dará el apoyo necesario para formar gobierno? Pues bien, a pesar de que ambas partes lo han negado por activa y por pasiva, éste que les escribe va a ponerse el traje de Nostradamus y se va a atrever a predecir el futuro. PP y PSOE se darán la mano para salvaguardar los derechos de esas oligarquías económicas que rigen desde la sombra los designios tanto de los andaluces como de los españoles en general. Ojalá me equivoque, ojalá nada de esto ocurra, pero el transcurrir de los acontecimientos invita a pensar de esta manera.

Sólo me queda darles un consejo. Mañana voten, lo que les dé la gana, pero voten. Y por favor, háganlo con un poquito de coherencia, sentido común, memoria y dignidad.